6/23/2019

De los cultural studies a los media studies. La televisión



Lo que había meditado sobre el canon gracias a los anteriores temas se ha complementado con lo que hemos visto en este tercer tema. El canon no solo tiene fallas respecto a su elección (no teniendo un saber absoluto que asegure escoger las mejores obras, establecer un podio con lo más representativo del arte), sino que lo que se ha entendido como literatura, pintura, música, escultura… mundial estaba reducido a los productos occidentales, y no solo eso, sino a cuyos artistas fueran hombres-blancos-hetero. Esto supone una gran mutilación en cuanto a la visión social e histórica que se ha ido transmitiendo a través del canon.
Hay una ingente cantidad de arte ignorada a lo largo de los siglos, tanto en oriente como en el propio occidente si tenemos en cuenta a las mujeres (porque, aunque hay excepciones que sí pudieron destacar a pesar de las trabas de la sociedad de su época como Pardo Bazán, Frida Kahlo y Rosalía, no dejan de ser casos anecdóticos) y a los homosexuales (tanto represaliados con la muerte, como autocensurados por el miedo). Y aunque habrá quien insista en que esto provocó una mayor creatividad a la hora de conseguir abrirse paso en el mundo artístico (al igual que se tuvo que hacer en diversas ocasiones por la censura política y religiosa), sigo opinando que, si bien Lorca podría no haber mostrado su valía a través de metáforas para decir y a la vez callar su orientación sexual, podría haberlo he hecho con otras muchas otras cosas que no le permitieron.
Sin embargo, con el postcolonialismo y diversos movimientos a favor de los colectivos desfavorecidos (la negritud, feminismo, LGBT, etc.) se lleva cierto tiempo trabajando en una reelaboración del canon, o al menos en buscarle un lugar a toda esta producción que hasta ahora había parecido caer en el olvido. La necesidad de reforzar la identidad por estos colectivos está poniendo en marcha la conciencia social, y poco a poco va logrando un cambio en la historia. Todo esto también se está viendo impulsado por la multiculturalidad creciente en la actualidad en todos los países.
Como en todo, este ambiente no es excepción para la presencia de apariencias y lavados de imagen, usándose la relación con estos colectivos por parte de figuras públicas, escudándose en ellos. Las distintas ideologías se ponen a favor o en contra, definiéndose en base a esto, tratando de atraer a las masas que compartan ideas con ellos.
En este tema hemos trabajado con Teleshakespeare de Jorge Carrión. Hemos visto a través de distintas series, más o menos conocidas, por qué la televisión y el formato de serie ha ido abriéndose paso en el campo cultural y artístico, compitiendo con el cine y llegando a compartir con él actores y directores, y hemos comprendido un poco más cómo ha ido ganando prestigio y llegando a las masas mejor que otros medios, sobre todo gracias al fenómeno fan. Siendo un formato que, por lo general, va desarrollando su historia a lo largo de su retrasmisión, tiende más a la influencia de lo que opine y diga su público que el cine o la literatura (subrayo que es más común, pero hay muchos casos en otros campos en los que también ha ocurrido y ocurre). No lo considero algo negativo, ya que muchas obras han conseguido triunfar por la ayuda y colaboración de los fans, pero sí que percibo una mayor tendencia a buscar la aprobación del público antes que continuar con lo que se había planeado desde un principio que antes.
La televisión nos ha dado una nueva forma de arte que ha proporcionado a algunas de las demás recursos e ideas que no tenían. Ha hecho evolucionar al público en algo más activo, pero a la vez ha tentado a los autores y directores a dejarse llevar por él, y eso no siempre sale bien.

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